jueves, 27 de abril de 2017

Hace cincuenta años

José Gabriel Núñez.

  Hace cincuenta años se estrenó mi primera obra, “Los Peces del Acuario”.

Fue en Puerto la Cruz. 27 de Abril de 1967. Al día siguiente nos presentamos en Cumaná. Nos había invitado la Dirección  de Cultura de la Universidad de Oriente. Nos recibió un público entusiasta que se adelantó a la buena acogida que tuvo la obra en Caracas el mes siguiente en la desaparecida sala Leoncio Martínez de la plaza Tiuna.

Los Peces del Acuario marcó el rumbo definitivo que le di a mi vida. Decidí levantar el telón y comenzar a caminar por distintos senderos de los que había transitado hasta ese momento. Me hechizaron las candilejas, me deslumbraron las luces que  brillaban como trozos de cristal o de diamantes y decidí quedarme escribiendo. Más tarde entraría a las aulas de clase para hablar de teatro y de sus rigores con los estudiantes que buscaban formarse en las academias existentes.

Así han pasado cincuenta años. Y cincuenta años son muchos años. Toda mi vida. Decidí asumir la humanística condición y el reto que todo dramaturgo debe enfrentar, la de ser un lúcido testigo de su época, de su entorno, pero no solo limitándose al testimonio, sino enjuiciando,, abriendo heridas, señalando contradicciones y los conflictos del hombre con sus circunstancias sociales sin anclarse en una señal referencial.

Cincuenta años de fructíferas hermandades con los grandes maestros, con las mejores actrices y actores de nuestro teatro. Directores, escenógrafos, vestuaristas, técnicos. Con la influencia de sus   ideas, de su disciplina, de su trabajo. Cincuenta  años de afectos, de cercanías irremplazables y de honestidad intelectual  que me mostraban el camino que tenía que seguir y que he procurado continuar transitando en esas direcciones.

La aceptación y los aplausos que mi trabajo ha recibido, se debe a la solidaridad y a la complicidad que me han dado, no solo como artistas, sino como seres humanos maravillosos. Por esa unión, he sido objeto de reconocimientos, homenajes, he recibido premios importantes, entre ellos el Premio Nacional de Teatro, sin haberlos buscado ni negociado.

Hubiese querido celebrar esta fecha, estas “Bodas de Oro” con todos ellos, pero algunos se han ido y las circunstancias del país no son propicias para pensar en celebraciones estruendosas. Un país lamentablemente dividido y un teatro que comienzo a visualizar fracturado, segmentado en parcelas que lejos de unificarnos nos separan.  Y señalo esto, porque en este transitar también he conocido algunas miserias humanas, mezquindades, insidias, envidias, traiciones, luchas de poder que no se corresponden con la función del artista, arrebatos cuya existencia ni siquiera imaginaba y que se agotaron en sí mismos sin que me obstaculizaran para seguir adelante.

Celebro estos días con la presencia de esos seres  que le dieron y le siguen dando afectos sin sombras a mi vida profesional como el más preciado regalo. Uno de ellos, el más reciente de estos obsequios, fue ver en escena el último de mis trabajos escritos, “Casa de Sangre y Cenizas” impecablemente llevada al escenario, con una maravillosa y acertada dirección y un emotivo equipo actoral que de manera contundente transmitieron al espectador de forma notoria, todo cuanto quise expresar en ella y provocó su categórica respuesta.

Cincuenta  años de Los Peces. Cincuenta años escribiendo teatro. Coincidencialmente, llego a cincuenta obras escritas. Hago memoria de estos años serenamente, con la presencia de todos cuantos se han ocupado de mis textos y me han aportado enseñanzas y experiencias pero sobre todo ética y honestidad intelectual. Igualmente  aplaudo  al espectador que ha atendido a mis Inquietudes, mi supuesto humor y a mis voces de alerta. Comparto con todos ustedes y por ustedes me decidí a escribir estas líneas como excusa,  en solitario, para decirles una sola palabra: GRACIAS. Gracias porque he tenido la suerte, mucha suerte, de haberlos encontrado en mi vida.

Quedan pendientes dos proyectos por escribir. Dos obras que hablen sobre el país, que le hablen al país que hoy tenemos. Y desde las aulas, mi permanente preocupación porque nuestra dramaturgia sea conocida, estudiada en escuelas y universidades, y no relegada al olvido y a veces descalificada, vilipendiada despectivamente por algunos de nuestros creadores, cuando es y ha sido una de las más sólidas de Latinoamérica y de las que con mayor valentía ha perfilado la problemática social de nuestros pueblos.


Sigue latente en mí la responsabilidad que emana  del vínculo  entre el dramaturgo y la palabra. De mantenerla viva, vigente, reveladora, para que pueda iluminar los senderos que conducen hacia la libertad y al logro de los más altos ideales para el espíritu.


Los peces del acuario -1967

viernes, 25 de marzo de 2016

CORTICAS, obras breves del teatro venezolano


Una exquisita cocinera divulga alegres recetas, cuatro hombres preñados juegan dominó y toman cerveza tibia, el duende de García Lorca se hace presente en una tasca caraqueña. Dos adolescentes descubren sus genitales y a la vez logran su libertad a través del sexo, otros dos prefieren planificar algo ominoso en un salón de baile. Dos ancianos atesoran sus recuerdos y esperan a quien nunca vendrá, a otra la avasalla un pasado que se dispone a olvidar. Una mujer solitaria abre un álbum de fotografías para flagelarse con sus recuerdos, otra descarga su lujuria seduciendo a un gato siamés.

Tantas historias juntas son una tentación y están ocultas en este volumen que publica el CICRED, cuyos autores en su mayoría han sido ganadores de importantes premios por su dramaturgia y en otras disciplinas literarias. En esta oportunidad se expresan desde un realismo en un sentido amplio o a partir de una tesis social, de una visión intimista donde rondan fantasmas del pasado, el tiempo como metáfora, el vínculo con la realidad del país, o bien el absurdo y el humor satírico, creando así una

Pobre del pobre que vive sin un consuelo

Conferencia acerca de POBRE DEL POBRE, presentada en la Biblioteca Los Palos Grandes, el 21 de noviembre de 2015, en el ciclo Tardes con José Gabriel Núñez, organizado por el Círculo de Investigación y Creación Dramática José Gabriel Núñez (CICRED)

ANÁLISIS DE LA OBRA POBRE DEL POBRE DE JOSÉ GABRIEL NÚÑEZ
Por Rocelín Rivera

LA OBRA
Con la obra Pobre del pobre, José Gabriel Núñez retoma su escritura primigenia, la dramaturgia; ya que hubo un corto periodo en la década de los 90 que fue secuestrado por la televisión, donde también se ha desempeñado con mucho éxito.

Ya a finales de esta década en 1998 surge esta obra impregnada de un satírico y fuerte tono político, donde sus dos únicos personajes, Imperio y María, tienen el pecado de no reservarse ningún detalle de lo que piensan

La primera vez que Ausencia pronuncia la palabra, mamá


Conferencia acerca de TÓMATE UNA PEPA DE LEXOTANIL, presentada en la Biblioteca Los Palos Grandes, el 21 de noviembre de 2015, en el ciclo Tardes con José Gabriel Núñez, organizado por el Círculo de Investigación y Creación Dramática José Gabriel Núñez (CICRED).
Por Miriam Castillo P.
Caracas, noviembre 2015.
ANÁLISIS DEL TEXTO DRAMÁTICO DE LA OBRA “TÓMATE UNAPEPA DE LEXOTANIL” DE JOSÉ GABRIEL NÚÑEZ

 “…Cuando nosotros escribimos pretendemos decir algo, lo que escribimos no puede quedar en un vacío, una cosa vana, un limbo. Eso es un reto, un compromiso que deben tener no sólo los que escribimos, sino todo artista.”
José Gabriel Núñez. (2014)